Por Eugenio Perdomo
No me resigno a simplemente elevar reiteraciones o felicitaciones a la junventud en ocasión de la celebración del orquestado día nacional de la juventud. Aprovechar tal ocasión me lleva a una serie de refleixiones sobre el rol de la juventud en una sociedad como la nuestra, donde prima el egocentrismo, la avaricia y la sin razón, en una sociedad secuestrada por una clase política que cada vez lacera mas las condiciones de vida del ciudadano común y solo se centra en sus afanes de imposición.
En un panorama como el que vivimos necesitamos como dijo Martí : Una juventud activa, visionaria, respetuosa de sus origenes y sus mayores, comprometida en que estos puedan tener una vida digna.
Los jóvenes debemos asumir nuestro rol responsablemente, cumplirlo a cabalidad, promoviendo los escenarios para la renovación de nuestra República.
El jóven de hoy ha de esforzarse grandemente para poder eludir la inmensa cantidad de obstáculos que promueven su frustración o desvío.
La solidaridad debe ser el norte, encontrar apoyo en nosotros mismos para poder incidir en la consecución de la sociedad justa que anhelamos y merecemos. Estrechemos nuestros lazos, disfrutemos del afecto que fluye de nuestras mentes impolutas.
El joven debe repeler y repudiar las actitud corruptora y chavacana que exhibe la clase política dominante, ese jamás debe ser su norte, pues de constituirlo, nuestra sociedad se estaría condenando a sucumbir al oportunismo y petulancia de quienes tienen la oportunidad de con poco esfuerzo, hacer de esta una mejor nación posible.
Hemos crecido y nos hemos formado en esta sociedad, ¿Acaso esto es lo que deseamos legar a las futuras generaciones? Seamos visionarios, auxiliemonos de la radiación caribeña para vislumbrar la sociedad que juntos podemos ayudar a construir y trabajemos por ello, decididos y con la convición de que actuamos por y para la Conquista del Cambio.
No me resigno a simplemente elevar reiteraciones o felicitaciones a la junventud en ocasión de la celebración del orquestado día nacional de la juventud. Aprovechar tal ocasión me lleva a una serie de refleixiones sobre el rol de la juventud en una sociedad como la nuestra, donde prima el egocentrismo, la avaricia y la sin razón, en una sociedad secuestrada por una clase política que cada vez lacera mas las condiciones de vida del ciudadano común y solo se centra en sus afanes de imposición.
En un panorama como el que vivimos necesitamos como dijo Martí : Una juventud activa, visionaria, respetuosa de sus origenes y sus mayores, comprometida en que estos puedan tener una vida digna.
Los jóvenes debemos asumir nuestro rol responsablemente, cumplirlo a cabalidad, promoviendo los escenarios para la renovación de nuestra República.
El jóven de hoy ha de esforzarse grandemente para poder eludir la inmensa cantidad de obstáculos que promueven su frustración o desvío.
La solidaridad debe ser el norte, encontrar apoyo en nosotros mismos para poder incidir en la consecución de la sociedad justa que anhelamos y merecemos. Estrechemos nuestros lazos, disfrutemos del afecto que fluye de nuestras mentes impolutas.
El joven debe repeler y repudiar las actitud corruptora y chavacana que exhibe la clase política dominante, ese jamás debe ser su norte, pues de constituirlo, nuestra sociedad se estaría condenando a sucumbir al oportunismo y petulancia de quienes tienen la oportunidad de con poco esfuerzo, hacer de esta una mejor nación posible.
Hemos crecido y nos hemos formado en esta sociedad, ¿Acaso esto es lo que deseamos legar a las futuras generaciones? Seamos visionarios, auxiliemonos de la radiación caribeña para vislumbrar la sociedad que juntos podemos ayudar a construir y trabajemos por ello, decididos y con la convición de que actuamos por y para la Conquista del Cambio.
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