La loable lucha emprendida contra el apoderamiento fraudulento de la riqueza minera de oro y plata del país a manos de Barrick Gold y Gold Corp, no debe caer en el error de reconocerle validez a la transacción de mala fé de adquirir las acciones de la empresa concesionaria de Pueblo Viejo I y II (Placer Dome), para no someter a un nuevo proceso congresional su traspaso.
Luego de ejecutado este paso, los adquirientes consideraron excesiva la participación del Estado dominicano, y obtuvieron de los complacientes funcionarios del gobierno el cambio de los términos del contrato de concesión, en perjuicio del Estado dominicano.
Reitero que no es de lugar discutir con Barrick esa modificación o renegociar sus términos, ni los perjuicios ambientales de su explotación originados en el pasado procesamiento de los sulfuros, porque eso es hacerle el juego reconociendo validez a una transacción que cae en el terreno de la ilegalidad y la nulidad (opinión del Dr. Jottin Cury) al violar Placer Dome la ley evadiendo pagar los impuestos sobre ganancia de capital, que es obvia con el cambio de valor de la onza de oro desde la fecha de aprobación de su contrato a la de la venta de sus acciones a Barrick y Gold Corp.
Lo que procede es obtener del Ministerio de Hacienda constancia de esa falta de pago, e incoar un recurso de nulidad de esa concesión ante un tribunal nacional, y punto. No tienen nada Placer Dome ni tampoco Barrick Gold y Gold Corp.
Ahora aparece en la prensa nacional una nueva entidad denominada ‘Pueblo Viejo Dominicana Corporation, PVDC’, como la detentadora legal de la concesión, y de la cual Barrick dice tener solo el 60% sin decir quien tiene el otro 40%. La creación de compañías locales es una vieja artimaña de las mineras extranjeras para limitar sus responsabilidades legales en el país que explotan.
Esta es otra fase del traspaso fraudulento de los derechos de la Mina de sulfuros Pueblo Viejo I, y de la Mina de óxidos, Pueblo Viejo II.
0 comentarios