LA INGRATITUD
     
       La ingratitud es índice de soberbia y egoísmo, cuando no de mala fe.
     
       El ingrato se caracteriza porque ignora ó pretende ignorar el bien que          le hacen los demás.
     
       Está tan acostumbrado a obtener siempre lo mejor para sí, que no le es          nada fácil reconocer los méritos ajenos.
     
       Los favores que recibe, lejos de inspirarle agradecimiento, le inspiran          rencor.
     
       La ingratitud puede provenir también de una especie de descuido,, de          mediocridad espiritual.
     
       En este caso, específico, aunque no hay mala fe, no deja de ser triste,          porque produce desconsuelo en aquellos que se esmeran por hacernos el          bien sin obtener nunca la más mínima voz de aliento, ni el más ínfimo          signo de reconocimiento por parte nuestra.
       

 
 
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